jueves, 8 de octubre de 2009

Un 7 de octubre pero del año 76


El Cardenal Van Thuan en régimen de aislamiento en la Prisión de Phú Khánh (Vietnam Central) escribía un 7 de octubre de 1976:
"Amadísimo Jesús,
esta noche en el fondo de mi celda, sin luz, sin ventana, calentísima, pienso con intensa nostalgia en mi vida pastoral.
Ocho años de obispo, en esa residencia a solo dos kilómetros de mi celda de prisión, en la misma calle, en la misma playa... Oigo las olas del Pacífico, las campanas de la catedral.
Antes celebraba con patena y cáliz dorados; ahora tu sangre está en la palma de mi mano.
Antes recorría el mundo dando conferencias y reuniones; ahora estoy recluido en una celda estrecha, sin ventana.
Antes iba a visitarte al sagrario; ahora te llevo conmigo, día y noche, en mi bolsillo.
Antes celebraba la misa ante miles de fieles; ahora, en la oscuridad de la noche, dando la comunión por debajo de los mosquiteros.
Antes predicaba ejercicios espirituales a sacerdotes, a religiosos, a laicos...; ahora un sacerdote, también él prisionero, me predica los Ejercicios de san Ignacio a través de las grietas de la madera.
Antes daba la bendición solemne con el Santísimo en la catedral; ahora hago la adoración eucarística cada noche a las 9, en silencio, cantando en voz baja el Tantum Ergo, la Salve Regina, y concluyendo con esta breve oración: “Señor, ahora soy feliz de aceptar todo de tus manos: todas las tristezas, los sufrimientos, las angustias, hasta mi misma muerte. Amén.”
Soy feliz aquí, en esta celda donde crecen hongos blancos sobre mi estera de paja enmohecida, porque Tú estás conmigo, porque Tú quieres que viva contigo.
He hablado mucho en mi vida; ahora ya no hablo. Es tu turno, Jesús, de hablarme. Te escucho: ¿qué me has susurrado? ¿Es un sueño? Tú no me hablas del pasado, del presente; no me hablas de mis sufrimientos, angustias... Tú me hablas de tus proyectos, de mi misión.
Entonces canto tu misericordia, en la oscuridad, en mi fragilidad, en mi anonadamiento.
Acepto mi cruz, y la planto con las dos manos, en mi corazón.
Si me permitieras elegir, no cambiaría ¡porque Tú estás conmigo! Ya no tengo miedo: he comprendido, te sigo en tu pasión y en tu resurrección.
" ;-)

5 comentarios:

edith stein dijo...

Danos, Señor, una fe así!

Cecilia dijo...

Orgullo de que en la raza humana, en nuestro siglo, haya personas como el cardenal Van Thuan!
Este es un héroe de nuestro tiempo. GRACIAS SEÑOR.

Aurora dijo...

A veces cuando uno ve estos testimonios piensa: Dios debe haber repartido una gracia especial a algunos........... y después piensa.... Señor, pero a mí tambie me has escogido.

cristina dijo...

El Cardenal Van Thuan acompañó mis inicios en la Congregación. Leí dos libros suyos...Desde siempre me impresionó su fe recia, su locura y amor por Dios. Cardenal Van Thuan, ruega por nosotras!

Cris dijo...

Sin duda un testimonio impresionante...Gracias Señor por este "Testigo" que nos ayuda a relativizar mucho en el día a día...Mantengámonos firmes en nuestra fe.