sábado, 30 de octubre de 2010

¡Como la roca!

Me ha hecho especial ilusión leer hoy parte de una reflexión que hablaba de la "resistencia", mas, diría yo: "resiliencia".

Decía: "Yo me digo que ser cristiano es, de algún modo, ser resistente. Como la roca que resiste el paso del agua (que, tal vez, eso sí, suaviza sus aristas)."
¡Preciosa metáfora! Me recordaba ese "dejarse moldear", luchar, sí, contra la marea que a veces parece que pueda con nosotros... pero sabiendo que es por un BIEN MAYOR...
¿Resistir a qué? ¿Luchar contra qué? contra mí mismo, contra la apatía, la tristeza, la desgana, la indiferencia, el aburrimiento... todos aquellas cosas que tienen al egoísmo como trasfondo!! Yo, yo, yo... sigue eso el "ad maiorem Dei gloriam"? No lo creo!

Y todo esto ¿Por qué? No es "resistir por resistir", tampoco "forzarse a", no. Es perseverar para "mantener viva la llama, la ilusión, el impulso que hace que merezca la pena luchar". Porque si es por Él, si es para cumplir su voluntad, "será bueno" y habrá merecido la pena. Dios busca los medios para recompensarlo, y esta recompensa es TAN GRANDE!... si pasan cosas que tanto nos contradicen es porque Él espera algo, Él desea algo de cada uno. ¿Exigente? Sí. Pero si no hacemos así, si no nos damos en plenitud, en nuestra TOTALIDAD, vivimos a medias... ¿Qué vamos a conseguir en esta vida? Merece la pena resistir, pese a que a veces nos duela, pues, "mucho cuesta lo que mucho vale" ¡todo sufrimiento cobra un sentido, el sentido de crecer según a la voluntad de Dios!
Y, sí, proponérselo es fácil.. la cuestión es hacer de esta teoría una realidad, comprometernos a hacerlo vida.
Como decía S.Pablo "Mi gracia te basta. Pues la fuerza se perfecciona en la flaqueza. Por tanto, con sumo gusto me gloriaré en mis flaquezas, para que la fuerza de Cristo habite en mí."(1.Co 12, 9)

Como la Roca a pie de costa mantengámonos "firmes en la fe", contra esas olas que parece que se nos vayan a llevar... manteniéndonos fuertes -fortaleza que viene del Espírtu- para que todo aquello que parezca "poder con nosotros", no haga realmente que nos desprendamos del conjunto del acantilado, que somos todos! Si uno es fiel, si uno se entrega en plenitud y ve en todo la intercesión de Ntro Señor, sabrá cómo, pues será Dios mismo quien le dé esa fortaleza y ganas de luchar!

miércoles, 27 de octubre de 2010

Comprometerse











Después de la formación en la cual hablé del comprometerse y hubo algo que me hizo pensar y meditar durante el resto del dia.

Comprometerse es involucratese con aquello que te rodea, es hacer algo por los demás, es olvidarse de uno mismo y abrir el el espacio para que otros puedan entrar.

Pensaba que el comprometerse es siempre por el otro, tu palabra está dada, tú te has puesto delante con todo lo que eres y tienes y lo pones a disposición del que lo necestie.

Comprometerse no es pasar por la vida, sino dejar huella, es dejar aquello que conlleva el Si dado.

Sí, es dejar huella, es recordar que estamos aquí por algo, estamos aquí para algo y estamos aquí por alguien/Alguien.

¿Y si no te comprometes? Que triste es simplemente ver pasar el tiempo, girar la cabeza y ver que no he hecho nada, que no me comprometí, que no me esforcé, que no me puse manos a la obra, en la obra que me fue encomendada.

Y así lo expresé en la formación, que triste tendrá que ser el no ser recordado por nada en especial ni siquiera por una sorisa, o una palabra de aliento.

Cuantas veces hago y hacemos cosas que no dejan huella, pasamos sin pisar, sin trabajar, sin dar fruto y llego al Evangelio "llamadas a dar fruto..." el fruto que permanece.

Ojalá cada día sepa y sepamos comprometernos de Verdad, comprometernos con coherencia y comprometernos sin dar largas, sino un compromiso que es un Si definitivo y que deja huella

domingo, 17 de octubre de 2010

MOISÉS y las manos en alto, una parábola sobre la fidelidad y la perseverancia en la vida religiosa

La primera lectura de este domingo me regala una reflexión para nuestra vida como consagradas en misión.

Vemos a un Moisés en lucha constante consigo mismo para poder vencer al enemigo. ¿La condición para ello? Debe mantener los brazos en alto –posición, en la Biblia, que indica oración- si quiere vencer al enemigo. ¿Cuánto tiempo? ¡Todo un día! Cuando sus fuerzas decaen, es decir, cuando desfallece en su relación como amigo de Dios, cuando la fuerza de la inercia le puede y sus brazos caen, el enemigo vence. Sin lugar a dudas y bastantes millones de años después… esto sigue siendo así incluso hoy en nuestra vida consagrada: nuestras fuerzas decaen, nuestro día a día se vuelve rutinario, la dureza de las contrariedades se hacen presentes… y nuestros brazos flaquean… y vamos como a medias… Y es que SOLOS no podemos nada! ¡Cuánto nos cuesta convencernos de ello!

Pero lo más interesante de la lectura me parece que aún está por llegar… Moisés no puede más y el enemigo vence a Israel… ¿Quién interviene entonces? Evidentemente nuestra fuerza y nuestro auxilio es el Señor pero éste siempre se vale de mediaciones. Moisés es capaz de permanecer, de perseverar con los brazos en alto en plena batalla y mantener a los demás, gracias a la “comunidad”. ¡Aarón y Hur lo sostienen!

Ojalá supiéramos descubrir el gran tesoro de nuestras hermanas de consagración y, antes de errar el camino, dejar que otras sostengan nuestra fidelidad con su compañía, su ejemplo, su oración, su conversación, su confianza.

Aarón y Hur sentaron a Moisés en una roca… ¿Dónde me aposento yo? ¿Cuáles son mis puntos de apoyo en esos momentos en los que parece que ya no podemos más?

Moisés queda en evidencia delante de su pueblo: se cansa, se vuelve necesitado, se manifiesta vulnerable… pero no por eso abandona su misión como intercesor. Sabe que la vida de otros depende de su “aguante”… Está comprometido con su pueblo y por eso no puede abandonar… pero sí cuenta con hermanos para permanecer en su misión.

En nuestra vida religiosa sé que a veces nos veremos como Moisés: cansados y regalándole la victoria al enemigo… e incluso olvidando que nuestra vida ya no está en función de nosotros mismos sino en función de aquellos a los que nos debemos. Que en esos momentos tengamos la lucidez y la humildad de “dejarnos sostener” por las hermanas y por las “rocas” auténticas. El pueblo de Israel, gracias a Moisés, venció al atarceder a los amalecitas… pero Moisés se venció a sí mismo gracias a los hermanos… Y es que la fidelidad en la vida consagrada… también es comunitaria! Y el que no lo crea así, está bien equivocado… Porque donde hay “dos o tres en Su nombre” allí está Nuestro Señor!

sábado, 16 de octubre de 2010

SANTA TERESA DE JESUS

"Nada te turbe,
nada te espante,
quien a Dios tiene nada le falta
Nada te turbe,
nada te espante,
solo Dios basta".
Solo tu Senor, eres nuestra razon de vivir, nunca le dudaremos, a veces nos preocupamos de otras cosas, olvidando que solo tù basta.

martes, 5 de octubre de 2010

L'ESPERANCE




L’espérance ne peut commencer que quand il n’y a plus rien à espérer.
L’espérance ne peut venir que d’ailleurs.
L’espérance ne peut qu’être inespérée, l’espérance est le contraire d’une logique, c’est une folie.
L’espérance ne peut venir qu’à l’improviste, inattendue, au moment où on ne l’attendait plus.
Elle est toujours le matin de Pâques, à la sortie de la nuit, à la sortie du tombeau, espérance entre les mains de quelques femmes, espérance entre les mains partageant le pain.
Ne demandez pas à l’espérance de calculer quel avenir, de le chiffrer ou de le définir.
L’espérance n’en sait rien et elle ne veut pas le savoir. La seule chose dont l’espérance est certaine, c’est qu’il y a un avenir.
La seule chose que peut annoncer l’espérance, c’est que la fatalité est vaincue puisque la mort est morte, puisque c’est la nuit que naît le jour.
L’espérance ne peut qu’être fragile et incertaine sinon elle cesse d’être espérance pour n’être plus qu’un slogan ou un argument électoral.
L’espérance ne peut être qu’un nouveau-né couché dans la pauvreté et la paille d’une étable.
L’espérance ne peut qu’être humble, elle ne conquiert jamais, elle ne domine jamais.
Elle n’est jamais une idée vague ou abstraite, elle est toujours un geste fraternel et concret.
L’espérance nous devance toujours, c’est toujours elle qui est en avance sur nous.
Elle ne peut être enfermée, elle est toujours plus loin, toujours au-delà, puisque l’espérance c’est l’impossible soudain possible.
Ce n’est pas vous qui allez la faire, c’est elle qui va vous faire, avec ses propres mains.
Il est temps de s’y faire ! MJG.

domingo, 3 de octubre de 2010

"Si tuvieras fe..."

En el Evangelio de hoy pensaba en el significado de la fe. Pensaba ¿cuántas veces hemos o nos han preguntado que es la fe? ¿Qué se entiende por ella?, etc... La respuesta siempre adecuada.

Pero pensaba, para qué explicar con tantas palabras, con tanta expresión y con un vocabulario correcto... aquello que es tan sencillo y que ya Jesús cada día nos comunica a través del Evengelio.

Si tuvieras fe.... pensaba en ese granito de mostaza, pensaba en esas palabras y sólo llegaba a una definición quizás no teológica pero aquella que me hizo rezar, la fe es tan sencillo como fiarse de Nuestro Señor. Pero, ¿qué es fiarse? es la confianza, es la entrega es dejarse aconsejar a través de sus palabras, es ver como aquella semilla de mostaza crece y se convierte en arbusto. Es ver que en lo pequeño la grandeza es posible, es ver a través de nuestras dudas y de nuestras desconfianzas.

No fui capaz de escribir una oración teológica, con palabraS adecuadas para ese tipo de redacción, pero si fui capaz de darme cuenta que ese "si tuvieras fe..." lo transformaría en "SI TE FIARAS...!

Señor que cada día seamos capaces de FIARNOS de ti, sin dudas, sin miedos, sólo con la certeza de que todo se puede cuando Tú eres el centro de nuestras vidas.