domingo, 4 de enero de 2009

FÁTIMA, EL LUGAR DEL ENCUENTRO


La Palabra se ha hecho carne.

Palabra de vida eterna que nos tiene que llevar cada día a la plenitud de la entrega.

Palabra que proviene de un Sí. Un Fiat, que sólo el Amor y la entrega son capaces de dar sin reserva alguna.

Fátima, ha sido el encuetro con ese Fiat de corazón y de fidelidad de una mujer que supo dar y darse por completo sin guardarse nada para ella. Tanto es su amor por el hombre, que no dudó en dejarse conocer en la inocencia de tres corazones que supieron acoger ese amor y el sacrificio de darse para la salvación del mundo como uno de los mejores regalos.

Ha sido una peregrinación, donde todos los sentidos realmente se han puesto a prueba para encontrar en lo más profundo de nuestro ser, cada palabra y cada gesto de amor de la Mujer que ha apostado por la felicidad.

Encuentro, que sólo en la oración ha sido capaz de encontrar un sentido pleno y verdadero de sabernos amados e impregandos por un Misterio que cada día crece en los corazones de los que realmente se dejan tocar por ese niño cuya Madre lucha por la verdad, por el amor, por la fe y la esperanza dando como verdadero y único ejmenplo la vida dada por y para Dios y acogiendo en su seno al Salvador del mundo.

Una peregrinación con todos aquellos que buscan ese consuelo que sólo puede darse en los brazos de Nuestra Madre y que nos pide con cada cuenta del rosario, la oración intensa donde se hace posible el encuentro verdadero con el Padre bajo un diálogo de amor y de entrega donde la historia de cada una de nuestras vidas va cobrando el sentido que sólo a su lado y de la mano de María nos lleva por el Camino de la Verdad y de la Vida.
Mi mayor deseo que es todo lo que hemos vivido en estos días no quede solo en el recuerdo de un hermoso viaje del pasado cuyas fotos hagan de testigos, sino que seamos capaces de transmitir con toda fiedelidad lo recibido y como uno de los mayores dones que Dios a puesto en nuestro camino para que sepamos reconocerlo en cada lugar, en cada situación y en la inocencia del corazón que realmente acoge.

4 comentarios:

Inma dijo...

¡Cuánto me alegro de leer estas letras! Desde la distancia esperaba pacientemente conocer la experiencia que desde aquí he compartido.
Que el Sí de María sea nuestro ejemplo y sus huellas el camino que estamos recorriendo.
Un abrazo a todas y que el 2009 sea un AÑO DE DIOS.

Aurora dijo...

Creo que ha sido un buen momento de encuentro sincero ante Dios, y lo mejor de todo, es que ha sido compartido. Lo que se presenta como algo cierto es que el 2mil9 ha de ser un año diferente, no sé exactamnte en qué, pero la entrada en peregrinación se tiene que notar. Gracias.

Cris dijo...

Han sido unos días donde hemos compartido la fe y hemos sido testigos de esa presencia de Dios en los más sencillos...GRACIAS!

Virginia dijo...

Peregrinación de fe, en busca del encuentro con la fidelidad y la oración...peregrinación compartida y vivida...experiencia que enriquece el alma y el corazón...los testimonios de la sencillez que fue capaz de percibir la grandeza de María..esta peregrinación, que no puede quedar en el año pasado, es la fiel invitación a contemplar e imitar...ejemplos de entrega, de confianza y de oración...que estas pautas marquen nuestro nuevo año, pero sobre todo que marquen nuestro corazón!