miércoles, 30 de junio de 2010

Hacer la señal de la cruz con Bernadette

Ir a Lourdes siempre es una experiencia rica de encuentros.
Este año es el centenario de la fundación con la que íbamos y esto significa que desde hace 100 años, cada año, sin interrumpción, en julio y en septiembre, hay miles de personas que dejan sus casas para ir a un encuentro.
Primero un encuentro, en el silencio de la gruta, con el Dios de la vida, y segundo un encuentro con otros, movidos por la misma fe. No hay clase social, ni enfermedad, ni manera de ser que marque distancias... a Lourdes vamos todos juntos, acogiendo a quien desee ponerse en camino, sin mirar, nada más, que su disponibilidad para con los que viajan con él.
"El milagro de Lourdes es que la gente pierda el miedo al dolor y a la muerte"... esto dijo una señora dejando su testimonio de tantos años de servicio, y "Me gustaría que os acerquéis siempre más a Jesús", fueron las palabras de un enfermo en silla de ruedas, palabras traducidas a causa de la dificultad para entenderlas pronuciadas por él mismo.
Estas personas han aprendido a vivir la confianza. Ellos viajan a Lourdes porque saben que hay alguien que se ocupará de ellos, que los llevará en el carrito, que le limpiará, que le dará de comer. Viven una confianza en los demás que ningún otro puede superar... y la viven contentos... contentísimos de poder estár allí y recibir tanto cariño de parte de todos los voluntarios.
Ir a Lourdes es encontrarse con Cristo presente en estas personas confiadas y capaces de vivir felices con lo poco que tienen.

1 comentario:

Aurora M. dijo...

Ir a Lourdes es la gratitud que sonrie, que te habla, que te llena de abrazos por todo lo que haces.
Ir a Lourdes se traduce encuentro compartido y recíproco.
Ir a Lourdes es el encuentro con el Dios de la vida, el Dios que se hace Hombre.
Gracias! por esta oportunidad, porque es aquí donde uno deja el YO, para tranformarlo en un TU y este en un NOSOTROS.