miércoles, 16 de febrero de 2011

Dichosos los limpios de corazón porque ellos verán a Dios.

El alma del hombre tiene que ser como un espejo brillante. Cuando en el espejo de porduce el orín, no podemos ver nuestro rostro.
Ponte en manos del Médico, y él punzará los ojos de tu alma y de tu corazón. ¿Qué médico es éste? Diso sana y vivifica mediante su palabra y su sabiduría. Pues por medio de la palabra y de la sabiduría se hizo todo. La Palabra del Señor hizo el cielo; el aliento de su boca, sus ejércitos.
Su sabiduría estás por encima de todo; Dios, con su sabiduría, pueso el fundamento de la tierra; con su inteligencia, preparó los cielos.
Si sientes todo esto y vives pura, santa y justamente, podrás ver a Dios; pero la fe y el temor de Dios han de tener absoluta preferencia en tu corazón. Cuando te despojes de lo mortal y te revistas de inmortalidad, entonces verás a DIos de manera digna.
San Teófilo de Antioquía.

1 comentario:

edith stein dijo...

Mente clara y corazón limpio!