Que Eva
nos dé la esperanza para escoger la vida
y conservarla en nuestra marcha hacia la Pascua.
Que recibamos de Sara
la fe para seguir nuestro sueño por el desierto
y para creer que lo imposible es posible.
Que, como la Samaritana,
volvamos a casa anunciando que Jesús
nos ha dado el agua de la vida.
Que la madre del ciego nos ayude a ver al Señor,
presente siempre en medio de nuestras tinieblas.
Que Marta, la hermana de Lázaro,
nos regale su fe y la valentía para expresarla
en momentos difíciles.
Que María, la madre de Jesús,
nos muestre el fruto bendito de su vientre,
también en la noche de la fe.
Que con Mana Magdalena no tengamos miedo a amar
ni a presentarnos como «apóstol de los apóstoles».
miércoles, 9 de marzo de 2011
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1 comentario:
¡Gracias! Acompañadas también por los apóstoles, grandes santos y santas!Pero fundamentalmente por Quien es el mayor de los ejemplos!... llamadas a alcanzar grandes metas ¿no? Por bien de quién más necesite! ;-)
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