Vivimos una única vida, una única muerte, un único destino que se juega de una vez por todas. No cabe duda de que esta inexorabilidad del Evangelio es uno de las más poderosos estímulos para el compromiso.
Al saber que seremos examinados sobre el amor y que sólo es uno el tiempo concedido para amar, no se siente en el Evangelio la inclinación que hacen muchos estudiantes para salir del paso, confiando en el examen de recuperación.
Hay que dar el máximo porque ahí no hay exámenes de septiembre. Aquí sólo cabe aprobar o suspender, una única vez y para siempre.
Algunas razones para creer. Vittorio Messori-Michele Brambilla.
miércoles, 16 de junio de 2010
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2 comentarios:
Vivimos un único momento. Sin repeticiones, oportunidades acogidas y de perdidas, situaciones de alegría y dificultad, momentos de orden y desorden... pero cada uno de ellos con un único motivo de aprender a vivir (o por lo menos siempre intentandolo) el Evangelio con la responsabilidad de que aquello que vivimos es lo que presentaremos ante el Señor.
Ojalá seamos siempre concientes de ese máximo a alcanzar y que a pesar de los tropiezos el aprobado está asegurado cuando se escoge lo mejor.
o importante é viver bem cada momento que Deus nos dá de presente e ser agradecidos por cada momento unico. um abraço
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