El fin de semana tuvimos la suerte de escuchar a Cristo Rey García Paredes, claretiano, hombre de misión y con visión que nos dio muchas ideas para reflexionar sobre nuestra misión y nuestra formación.
Empezó hablándonos de nuestro mundo, que cambia rápidamente y para el cual tenemos que estar preparadas; formarse significa hacerlo para el mundo de hoy del siglo XXI, no para un mundo que ya ha pasado y que no va a volver.
Formarse significa dar forma; cada uno de nosotros tiene una forma, espiritual y física (el rostro y el cuerpo tambien hablan de nosotras) que no está acabada, por esto tenemos que buscar nuestra forma, y buscar hasta que Cristo se forme en nosotros, porque Dios nos creó a su imagen.
En esta búsqueda de formas y formación tenemos dos enemigos, la pereza (energía que me impide cambiar) y la soberbia (aquello que me lleva a pensar que no hace falta que nada ni nadie me corrija).
Pero la formación no se acaba aquí, nos formamos PARA la misión... no para el trabajo. El trabajo cuando acaban las 8 horas laborales se cierra y se olvida; la misión es diferente, es nuestra obra de arte, es aquello que nunca se acaba, aquello en lo que ponemos alma y cuerpo, aquello que también construye nuestra forma. Para conseguir esto pero hay que saber escuchar al Espíritu... el Espíritu sopla donde quiere y nadie lo puede encerrar en un prejuicio, en un sistema, en unas convicciones... dónde está soplando el Espíritu hoy en nuestro mundo? Hay gente que dice no, no y luego va a trabajar en la viña del Padre... ¿donde están estas personas que dicen no, no y que hoy son capaces de oír el aliento de Dios? ...Jesús es nuestro contemporáneo, hay que buscarlo hoy, escucharlo hoy, seguirlo hacia el futuro: "yo soy el que seré".
miércoles, 17 de marzo de 2010
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