lunes, 21 de septiembre de 2009

En el fondo del corazón sentía una gran paz ;-)

Santa Teresita de Lisieux deseaba con toda su alma entrar en el Carmelo, pero era demasiado pequeña, tenía 15 años, y no la dejaban...era una "niña"..no creían que una muchacha pudiera tener un deseo tan alto siendo tan pequeña. Se fue con su padre de peregrinación a Roma y durante la visita al Santo Padre se arrodilló a sus pies y (aunque no pudiera hablar ni decir nada al Papa) le pidió la gracia de poder entrar...ella lo cuenta en sus memorias:

mirándole con mis ojo bañados en lágrimas le dije: "Santo Padre, tengo que pedirle una gracia muy grande..."[...] "Oh santo Padre, si vos decís que sí, todo el mundo lo verá bien..." me miró fijamente y pronunció estas palabras: "¡vamos..., vamos..., entrará si Dios lo quiere!", La bondad del santo Padre me animó y quise seguir hablando, pero los dos guardias me tocaron amablemente para que me levantara [...] Mi papá sufrió mucho a la salida de la audiencia, viéndome llorar; hizo todo lo que pudo por consolarme, pero en vano...En el fondo del corazón sentía una gran paz, ya que había hecho todo lo que estaba en mis manos para responder a lo que Dios pedía de mí; pero esta paz estaba en el fondo y la amargura llenaba mi alma, pues Jesús callaba.

Los demás no se creen que una niña pueda tener un deseo tan alto, valioso y noble... pero se equivocan, siendo tan joven ya tenía clara su vocación, y perseveró en todas las pruebas, segura de que la voluntad de Dios se iba a cumplir.
Pidamos a Dios la gracia de tener la misma audacia y el mismo coraje de esta pequeña-grande santa para poder llegar a cumplir Su voluntad y que el Señor conceda a todas las personas que tienen vocación la seguridad y la gracia de saber que lo que desean es noble, valioso y es voluntad de Dios!

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