
Este fin de semana, Jesús nos sale al encuentro recordándonos una vez más que estamos llamados a reivindicar en nuestra vida, como consagradas y misioneras, la "extrañeza moral" si queremos parecernos a Él.
Extrañeza moral no será nunca "rareza personal" pero tampoco será nunca pretender ser tan "normales" como la gente quisiera.
Al estilo del Maestro y, nos guste o no, con nuestra manera de vivir marcamos una distancia sociológica... No somos "como los demás", intentamos ser profetas "como Jesús de Nazaret". Intentamos ser, con nuestra vida, luz para los "ciegos", liberación para los "cautivos", "año de Gracia" para aquellos que nos rodean y que también hoy serían los preferidos del Señor.
Jesús mismo fue juzgado como trastornado por los suyos... ¿Estaremos quizás nosotras tan alejadas del Maestro que no llamamos la atención a nadie? ...Pues recordemos algo de lo mucho que Él nos dijo: "Bienaventurados los perseguidos por mi causa..."