viernes, 2 de diciembre de 2011

"Señor, que vea!"

Al empezar Adviento Piotr dijo a sus hijos: “La noche de Navidad Jesús vendrá a visitarnos”. Los niños preguntaron: “¿Qué aspecto tiene?”. “No lo sé. Pero pudiera ser que estuvierais ciegos y no lo reconocierais. Rezad pues incesantemente: Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí. Haz que no esté ciego”.

La noche de Navidad alguien llama a la puerta. Piotr se apresura a abrir. La habitación se inunda de un olor nauseabundo. Aparece en la puerta un mendigo cubierto de harapos y lleno de llagas. Piotr le acoge con respeto, le lava, le venda las heridas y las úlceras y le viste con ropa limpia. Luego le sienta a la mesa y le sirve. En ese momento llegan los niños y le preguntan: “Papá, ¿cuándo llega Jesús?”. Y Piotr responde entre lágrimas: “Hijos míos, seguís estando ciegos. ¿De veras habéis rezado bien?”