martes, 1 de diciembre de 2009

El amor a la Palabra de Dios



Si pienso en la metáfora que podría utilizar para expresar lo que significa la Biblia probablemente quedaría pequeño cualquier intento. Este fin de semana de juniorado con todo el grupo de formación de España, la Madre Cecilia Cortacans nos ha dado pistas para dar con la mejor respuesta: UN "ÁLBUM DE FAMILIA".
Con esta imagen, nos hizo pensar... y es que a través de un álbum se produce el acercamiento hacia miles de imágenes que se hacen presentes en la historia de una gran familia.
Entre sus hojas, miles de personajes cuyas vidas nos recuerdan el compromiso, la fidelidad, la entrega plena al Dios que puso su mirada en ellos, que apostó por ellos y que lo ha dado todo por ellos.
Imágenes en blanco y negro por su antigüedad y a todo color por su presente constante, todas tienen la tonalidad exacta que reflejan la luz de lo que Dios quiso irradiar.
Abraham, Isaac, Jacob, Moisés... una pequeña muestra de un sí confiado aunque temeroso de lo que se les venía encima porque a partir de entonces, Dios estaba en ellos, vivía en ellos, convirtiendo su vida en testimonio y reflejo de la voz que clama en el desierto y que a voz en grito llama a la entrega total, a una Alianza que sella en toda su plenitud la respuesta de una vida que camina haca la tierra prometida, hacia el proyecto de Dios para el hombre.
Se dejaron fotografiar por el Dios del Amor. Instantánea que ha hecho historia en un pueblo que construye su vida alrededor del Dios de la salvación que los cuida y protege.
María otro de aquellos personajes que se dejaron abrazar por la presencia de Dios. Su Fiat abrió la puerta al Verbo. El Señor estuvo con ella, puso su ojos fijos en su esclava proclamando una alabanza agradecida por tanto bien recibido.
El regalo, el Magníficat, que sigue resonando y cuyas palabras penetran para impregnarnos de la esencia de este mensaje de amor.
"Proclama mi alma la grandeza del Señor" que ha hecho y hace maravillas.
"Se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador" que sigue poniendo su confianza en nosotros.
"Porque ha mirado la humillación de su esclava" y de todos los que por amor se entregan.
"Desde ahora me felicitarán todas la generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi", haciendo obras en aquellos a los que llama.
Y así una tras otra, una oración de alabanza que se tiene que convertir en reflejo en nuestras vidas y sellos de un álbum que siga creciendo para que esas miles de instantáneas que llenan nuestra vida sean una larga sucesión de imágenes de entrega, fidelidad y compromiso.

2 comentarios:

Cecilia dijo...

De la mano de la Palabra de Dios leída, saboreada, contemplada en la Biblia, en nuestro album familiar, el Adviento va dibujando con los colores de la esperanza, del gozo, de la fe, la llegada del que es por excelencia LA PALABRA, EL LOGOS, HECHO CARNE.
Venid, adorémosle.

annarita dijo...

Para mí la Biblia es...
como agua que moja que pero da vida,
montaña que escalar, faticosa y difícil, donde pero la vista es maravillosa,
y tesoro precioso.
Gracias madre Cecilia por todo lo compartido.